Para 2020, la cantidad de datos almacenados en sistemas TI se habrá duplicado con respecto a 2018. Ante este panorama, parece lógico que crezca la demanda de profesionales con capacidades analíticas y de gestión de datos, algo de lo que ya hemos hablado en numerosas ocasiones.
Una forma de impulsar el aprendizaje de estas capacidades es a través de los datos abiertos y su uso en las aulas como un recurso educativo más. El desarrollo de proyectos colaborativos donde los estudiantes tengan que buscar y filtrar información, analizar datos o generar visualizaciones tienen cabida en casi todas las asignaturas. Con este tipo de proyectos los estudiantes pueden adquirir una gran diversidad de capacidades: desde el uso de herramientas tecnológicas y, la capacidad de análisis y argumentación, hasta la mejora de las llamadas habilidades blandas como el trabajo en equipo –también fundamentales para el desarrollo profesional-.
El primer paso: formar a los profesores
Uno de los pilares fundamentales para que los datos abiertos se puedan integrar en las aulas es la formación previa de los profesores. En este sentido, programas como Use (Open Research) Data in Teaching project (UDIT) tratan de ayudar a los profesores de educación superior para que sean capaces de utilizar datos de investigación abiertos en sus clases. Entre otras actividades, la web ofrece cursos donde se muestran buenas prácticas y ejemplos de actividades de aprendizaje basadas en la reutilización de datos abiertos.
En la misma línea, la Biblioteca Nacional de España y Red.es han creado la plataforma educativa BNEscolar con contenidos digitales elaborados a partir del fondo documental de la Biblioteca Digital Hispánica. La web incluye un buscador para facilitar la localización de los recursos deseados, así como talleres, vídeos, secuencias didácticas y desafíos interactivos (como por ejemplo un juego de escape). Los contenidos de BNEscolar están dirigidos a estudiantes preuniversitarios, con especial foco en los últimos niveles de Educación Primaria y Secundaria.
Concursos y actividades para impulsar el uso de los datos en las aulas
Además de estas plataformas, cada vez son también más comunes las actividades, concursos y retos concretos que buscan impulsar el uso de los datos abiertos entre los más jóvenes. Ejemplo de ello son el Reto BCN Dades Obertes o el Concurso de datos abiertos de Castilla y León, que incluía un premio especial para estudiantes en cada una de las categorías principales, además de una categoría específica para la creación de recursos didácticos que se pudieran utilizar en las aulas. Otro ejemplo es la iniciativa Escuelas Comciencia, del Observatorio de Comunicación Científica y el grupo de investigación Ciberimaginario, donde los alumnos aprenden a realizar un proyecto de investigación utilizando datos abiertos.
Pero también podemos encontrar este tipo de iniciativas a nivel internacional. Aquí destacan los programas desarrollados por Technovation, dirigidos a identificar problemas en las comunidades de los estudiantes y a resolverlos utilizando tecnologías disruptivas. Un ejemplo es Technovation Girls, dirigido a niñas de todo el mundo. Este programa busca que aprendan desde cómo identificar un problema y hacer una lluvia de ideas para resolverlo hasta idear y crear una aplicación para lanzar un negocio. También cabe destacar el concurso AI Family challenge, que lleva el aprendizaje al entorno familiar, otra de las patas fundamentales de la educación de los hijos. El AI Family Challenge invita a las familias a aprender sobre la tecnología de Inteligencia Artificial (AI en sus siglas en inglés) y resolver un problema utilizando herramientas datos y sistemas AI. El enfoque novedoso del concurso, en el que padres e hijos unen sus capacidades y aprenden conjuntamente de una manera divertida, ha hecho que el proyecto sea un éxito: 7.500 personas de 13 países participaron en el primer año del programa. El plazo para presentarse a la segunda edición estará abierto hasta febrero de 2020.
La importancia de la implicación de los gobiernos
Los resultados obtenidos en todas las actividades destacadas previamente han sido muy positivos, mostrando claramente los beneficios de incorporar los datos abiertos en las aulas: la mejora de las capacidades tecnológicas y analíticas, pero también del pensamiento crítico.
Pero si se quiere ir un paso más allá, lo recomendable sería incorporar los datos abiertos directamente en los planes educativos. Es lo que ha hecho Suiza a través del plan Lehrplan21, adoptado para homogeneizar la educación en los 21 cantones de habla alemana y multilingües. El plan incluye en el itinerario educativo el aprendizaje de conceptos básicos relacionados con los datos: estructuras, formatos, gestión y análisis de bases de datos, etc.
Este tipo de medidas son fundamentales si queremos impulsar un aprendizaje más activo, donde los datos abiertos ayuden a los estudiantes a comprender mejor su entorno, de una manera razonada, y a convertirse en los profesionales que demanda nuestro futuro.